-La catástrofe se le reveló en un sueño. El patriarca Abraham, célebre en la Biblia por ser un profeta cercano a Dios, recibió el mensaje de que Sodoma y Gomorra serían destruidas sin misericordia.
-Al enterarse de la voluntad de Dios, Abraham —también llamado Abram en otros textos sagrados— pidió misericordia por los habitantes de Sodoma y Gomorra. Sobre todo, porque su sobrino, Lot, vivía ahí con toda su familia. Dios accede a salvar las ciudades con la condición de que sus ángeles encuentren al menos 10 personas virtuosas. Según el relato bíblico, no lo consiguieron.
-A pesar de las súplicas de Abraham, los ángeles enviados por Dios no encontraron personas justas en Sodoma y Gomorra. Por ello, uno de los mensajeros divinos advirtió a Lot y su familia que escaparan de ahí cuanto antes, para evitar que la calamidad les cayera encima. Al salir de ahí, la esposa de Lot volvió la mirada a la ciudad en llamas. En ese momento, dicen las escrituras sagradas de la tradición judeocristiana, la mujer se convirtió en una estatua de sal.
-Sin embargo, detalla la enciclopedia, revisiones más contemporáneas de estos textos han propuesto que fue la falta de hospitalidad de los habitantes —y no su orientación sexual— la que despertó la furia divina. En en Corán, sin embargo, se habla de que Sodoma y Gomorra recibieron el castigo a causa de su indecencia.
Se piensa que posiblemente estuvieran ubicadas debajo o junto a las aguas poco profundas en Israel, al sur de Al-Lisān, una antigua península en la parte central del Mar Muerto.
-Sin embargo, no fue la furia de Dios la que acabó con Sodoma y Gomorra. Por el contrario, se piensa que las ciudades no aguantaron un terremoto poderoso cerca del Mar Muerto
-Sin embargo, después del sismo, gases tóxicos y petróleo inundaron la ciudad provocando incendios implacables.